El edificio está conformado por dos construcciones de geometrías contrastadas drásticamente. Está ubicado en lo que se conoce como “eje monumental” de la ciudad de Brasilia, en el que se encuentran todas las edificaciones representativas a nivel cultural y gubernamental.
Además de la notable estructura visual que conforma el edificio del congreso, éste actúa como punto de “remate” en una serie de espacios destinados al control administrativo de la ciudad, ya que a partir de este, se despliegan, en una geometría radial, el resto de construcciones que complementan su funcionalidad y lo localizan como un faro dentro de un área tan extensamente poblada del público perteneciente a los campos de la ley y ordenamiento social.
Siendo el punto de convergencia de todas las ramificaciones arquitectónicas del sector, reúne a una gran cantidad de personas en torno a la solución de sus necesidades, así que cada uno de los habitantes de la ciudad tiene algo que ver con el edificio del congreso, y por ello debe conocerlo, visitarlo, recorrerlo y marcarlo en su memoria.
Otra de las referencias con las que cuenta este espacio, es el brindar un área completamente abierta al público. Su perímetro urbano, cuenta con varias vías importantes, así que tanto el flujo vehicular como el peatonal está en constante cercanía con el edificio, aún sin ingresar en el.
La construcción está rodeada de un espejo de agua gigantesco, que produce un efecto visual de grandeza, que inspira respeto, ya que siendo algo tan llamativo e imponente visualmente, no invita a todo el público a su interior, sólo declara su permanencia y deja en claro que debe haber un propósito definido para buscar algo en aquel lugar.
El congreso por sí solo, invita a ubicarse en sus alrededores, a alimentarse de su actividad social constante y abundante, y a disfrutar de la categoría social que se construye en la concepción intangible de los habitantes de la ciudad de Brasilia.
- Verónica Rodríguez Castro -